Inspirándose en un juego de mesa antiguo de su colección personal, Hermès diseñó la que sería una de las piezas icónicas de la casa de lujo francesa: el pañuelo Carré. O, en otras palabras, uno de los complementos favoritos entre mujeres, cuyo estilo y elegancia atemporal han sido recordadodos a través de la historia, desde Jackie Kennedy-Onassis hasta Audrey Hepburn.
Simple y sofisticado, este accesorio es un reflejo de la excelencia artesanal con atención meticulosa a los detalles, dando origen, al mismo tiempo, a un objeto que se vuelve una adición básica a cualquier guardarropa. Hoy, estos esenciales son más versátiles que nunca: se amarran por la espalda para usarse como tops en los días calurosos de verano o incluso como pañuelos para mantener la cabeza abrigada durante la temporada invernal al estilo de la Reina Isabel II, conocida por ser fiel fanática de la bufanda de Hermès Carré desde hace mucho tiempo. Y es que, el colorido fascinante de cada pañuelo no es lo único que atrae a muchos; su complejo diseño también viene acompañado de calidad duradera.
Como sucede con cualquier código de estilo, a lo largo de los años, se han creado diversas variaciones con motivos que van desde arte pop hasta el Bauhaus. Aún así, lo cierto es que cualquier pañuelo Carré sigue siendo fiel a sus raíces: siempre con estampados y patrones que demuestran los orígenes ecuestres de la maison que lo creó.


